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No es fácil modificar el turbocompresor, mejorar la potencia, depender de la combustión de combustible en el cilindro del motor para trabajar, a fin de generar potencia.
El efecto más obvio del turbocargador en el motor es que el turbocargador aumentará la carga mecánica y térmica de las partes principales del motor, lo que requiere el uso de metales más fuertes y resistentes a altas temperaturas para fortalecer el motor.
Los turbocompresores que reciben el mantenimiento adecuado no se dañan fácilmente. La vida útil del turbocompresor es básicamente la misma que la del vehículo completo.
Cuando la presión de la turbina de escape es demasiado alta, la válvula de derivación del turbocompresor se abrirá, de modo que los gases de escape del motor se descargarán directamente sin pasar por la turbina de escape, para evitar el fenómeno de presión excesiva del turbocompresor.
La sensación de arranque del motor turboalimentado es muy pobre. Este tipo de arranque lento no significa que el turbocargador funcione lentamente, sino que el tiempo requerido para que el turbocargador alcance un estado estable será mayor.
Los turbocompresores tienen una estructura simple, no consumen la potencia del motor en sí y tienen un alto valor de impulso. Estos factores conducen a las poderosas ventajas de la turboalimentación. Pero el principio de la turboalimentación plantea uno de sus mayores escollos: las altas temperaturas.
El uso de accesorios de turbocompresor en el inicio de un largo tiempo después de la operación a alta velocidad, no puede detenerse inmediatamente. Y al retirar el sobrealimentador, manténgalo limpio.
La función principal del turbocompresor es mejorar la entrada de aire del motor, a fin de mejorar la potencia y el par del motor, para que el automóvil sea más vigoroso. Esto significa que el mismo motor puede producir más potencia cuando está sobrealimentado.
En los vehículos híbridos, cómo ajustar la relación entre la batería, el motor y el motor de combustión interna ha sido una preocupación. Según informes de medios extranjeros, Porsche propuso una forma de resolver el problema de enfriamiento de la batería utilizando turbocompresores.
En la actualidad, la tecnología de turbocompresor ha sido relativamente madura y la vida útil del turbocompresor se ha extendido considerablemente. En condiciones normales de trabajo, se puede garantizar que el vehículo funcione entre 200 000 y 300 000 kilómetros. Los consumidores no necesitan preocuparse por el turbocompresor.
El fabricante de automóviles Stellantis ha publicado una nueva patente de fundición que lleva esta idea a su máximo potencial. La fundición incluye una culata y un cuerpo de turbocompresor. En lugar de simplemente fundir el colector de escape en la culata, la empresa quiere integrar todo el turbocompresor.
En la actualidad, la industria automotriz está aumentando los requisitos de reducción de emisiones para los vehículos con motor de combustión interna. El especialista en materiales Vacuumschmelze GmbH (VAC) está contribuyendo a este objetivo con su nuevo imán permanente VACOMAX 262 TP.